El Concejo Municipal de Los Ángeles dio un paso histórico al aprobar, de forma unánime, una ordenanza que convierte a la ciudad en un refugio seguro para los migrantes, en respuesta a las políticas de inmigración prometidas por el presidente electo de EE. UU., Donald Trump. Esta medida prohíbe a la Policía local colaborar con las autoridades federales migratorias y evita que agencias como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tengan acceso a las bases de datos de la ciudad, en un intento por proteger a la comunidad inmigrante frente a las deportaciones masivas anunciadas por el nuevo gobierno.